martes, 1 de agosto de 2017

Pequeñas historias ...




Cuantas historias, pequeñas historias que ayudaban a formar y conformar a los pequeños y grandes a lo largo de la vida. La devoción a los Santos y el poder que se les atribuía, junto a la broma e imaginación de alguno, llevaba alguna vez a situaciones simpáticas. Es el caso del responso a San Antonio, Santo al que siempre hubo mucha devoción en Trabazos, no dudando en recurrir a él para rogarle su protección en las diversas situaciones de la vida, tanto de las personas como de los animales. Alguna vez se daba la casualidad que el objeto de responso eran las gallinas o pitas, por lo que había que buscar a una buena arresponsiadora y rogarle que ños arresponsiara las pollas, para que no se perdieran y las comiera la zorra o bien para que pusieran los güevos nu ñal del pulleiro y no por el mundo afuera.
También Santiago era y es muy querido en Trabazos, siendo su fiesta muy participada por las gentes de otros pueblos (cuando la había), muchos de ellos acudían a la misa y procesión, llevando la merienda para  pasar el día completo por el pueblo. Cuando ya terminaba la fiesta y los mozos regresaban  a su pueblo, alguna vez ocurrían aventuras de diversa índole, como la que tuvo lugar en la Mata por los años 40, época en la que los del monte (los maquis) solían andar cerca. Era ya noche alta cuando un grupo de mozos de Castrohinojo estaban descansando en las eiras para reponer fuerzas y regresar a las tareas del día en su pueblo, en esto uno de ellos vio pasar por el camino a alguien, sin reconocerlo debido a la poca luz, que resultó ser una pareja de la guardia civil,  con sus mosquetones al hombro y un bastón en la mano, no ocurriéndosele al muchacho otra cosa que darles el alto. Esto provocó una situación algo confusa y delicada, con carreras de unos y susto de todos. Parece ser que al final se resolvió sin mayores contratiempos, menos mal ...

Un saludo para todos

Emiliano 

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